Feminismo de ahora

Feminismo, tan presente en nuestro día a día, y la gran mayoría deja y no deja (de) entenderlo.  

Cualquier movimiento, idea o de lo que se quiera calificar al feminismo evoluciona con la sociedad que lo porta. Las nuevas tecnologías permiten que estos se alimenten de la utilización de diversas plataformas, consiguiendo así una más amplia difusión o una cercanía con el público que no se podría concebir sin estos avances.

El problema es que estas nuevas tecnologías deben de emplearse como ayuda de difusión complementaria de un feminismo práctico, de un feminismo de acciones. Pero no lo hacen. Se utilizan como herramienta única, haciendo parecer que la única manera de ejercer de ejemplo feminista sea subir un tweet, comentar en un foro, o poner un hashtag. Este es el feminismo masivo que conocemos hoy y tiene poco que ver con el de ayer: Se basa en la comodidad de hacerse oír y de aportar un grano de arena desde el sofá, desde el escritorio o desde la cama. 

Ojo, todas esas maneras de vivir el feminismo, en mi opinión, son correctas, pero insuficientes. Lo veo como un feminismo fácil, de la comodidad del ahora, de unas redes sociales adaptadas a nuestro pasotismo del querer decir y no hacer y que, desgraciadamente, resuena mucho más que el feminismo de acciones,el feminismo de verdad, que se lleva llevando a cabo desde mucho antes de la revolución tecnológica y que, hoy en día se ve eclipsado por ella.

¿Feminismo de verdad? Lo vemos todos los días. Algunos hasta tenemos la suerte de tenerlo en casa. Es el que casi pasa desapercibido a nivel individual, pero el que en su venta al por mayor mueve sociedades. La madre que educa a su hijo para que jamás se le pase por la cabeza ponerle la mano encima a nadie, independientemente de su género, es feminista de verdad. El jefe que no contrata a un hombre menos cualificado que una mujer por si ésta decide coger una baja maternal es feminista, de los de verdad. La policía, la militar que se hace respetar tanto o más que sus compañeros de otro género es feminista pura y dura. Los jueces que ponen condenas merecidas al maltratador, al violador, al asesino... Son feministas puros y duros y, si además lo publican en Twitter, lo que son es muy modernos.